Situado en alguna nebulosa lejana hago
lo que hago,
para que el universal equilibrio de
que soy parte
no pierda el equilibrio.
Antonio Porchia
Ilustración de César López para la colección "Nuestra América" de Editorial Tariyata |
Los mexicanos estamos tan cerca y tan lejos de los argentinos. Ellos se enorgullecen de su capital afrancesada nosotros nos avergonzamos de nuestra identidad amerindia pero los dos venimos y vamos de historias paralelas.
Hoy tres botones sureños, no por ello menos mestizos, de Nuestra América; mi amado Porchia, Juarroz y Bayley.
Roberto Juarroz (Provincia de Buenos Aires, Argentina, 1925-1995) @Carlos Azar |
Poesía
vertical II
Inventar
el regreso del mundo
después
de su desaparición.
E
inventar un regreso a ese mundo
desde
nuestra desaparición.
Y
reunir las dos memorias,
para
juntar todos los detalles.
Hay
que ponerle pruebas al infinito,
para
ver si resiste.
Roberto
Juarroz
Edgar Maldonado Bayley (Buenos Aires, Argentina 1919-1990) @ZyanyaMariana |
Los
hombres y los años
a uno
y otro lado de la muralla
los
años quedan clausurados en su primer regazo
en los
ojos abiertos hasta el amanecer
hablo
de la sed y el sueño líquido del hombre
de los
deseos de la esperanza el insomnio en el extremo del valle
del
enjambre de la memoria y nuestras mandíbulas fuertes
del
temblor la ronca membrana de los rieles
y el
humo del poblado
hablo
de los vidrios lentos a la madrugada
de la
parturienta amenazando la medianoche
con
sus gritos y sus cadenas puras
hablo
de los fusiles y la sangre fluyente
herida
descompuesta
de las
horas por llegar
de los
frutos de la ternura
de los
ojos digitales
mezclados
a la multitud en las manifestaciones
hablo
del amor adolescente
y de
las ventanas del alba
de los
expedicionarios perdidos
inmóviles
en espera de la claridad
hablo
de los niños y la demencia lindando la poesía
de la
mentira la humillación las torturas renovadas
hablo
de cosas simples
en las
manos extendidas
gratuitas
es
necesario inventar el mundo
iluminar
los ojos
ver la
extensión abierta a nuestro impulso
una
rama en la luz
acunada
por las voces de los héroes anónimos
castigada
por el peso muerto de los consuelos
la
alegría de las conversaciones ingeniosas
el
contagio de los sentidos
el
buen apetito la sed de buena ley
el
olvido y la palabra absorbidos en la fronda
la
siesta a ras del suelo
el
debate moroso de los reptiles
el
plácido quejido del pajonal
el
polvo del camino ahogando las viñas
el
apremio de las multiplicaciones
el
vacío irremediable
del
signo viejo y nuevo
Edgar
Bayley (Buenos Aires, 1919-1990),
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