viernes, 18 de abril de 2014

3.- Invitados y circunstancias, Jaime Panqueva

EL INVITADO DE HOY JAIME PANQUEVA*, 
un viejo amigo de este blog
abril 30 y 2013 



Jules Gabriel Verne (1828-1905)

JULIO VERNE


Esta semana se celebró en México el día del niño, me gustaría decir que es un día internacional, pero no lo es; para la Unesco es el día del Jazz. Creo que esta noble institución considerará que bajo los métodos de crianza actuales que han convertido a buena parte de los niños en pequeños tiranos de sus hogares, no hay necesidad de dedicar uno de los 365 bien ocupados días para celebrarlo. Estoy de acuerdo con la Unesco, a contrapelo de lo que puedan argüir los vendedores de golosinas y juguetes, aún si compensan con ello la baja de ventas en esta temporada. Curiosamente, al asistir a una feria infantil me preguntaban qué libros recomendaría leer a los niños de hoy. Esta vez, a despecho de Harry Potter, Judy Moody o de Greg, el de los diarios, recomendé leer a Julio Verne, y luego de ver las caras estupefactas decidí emplear este corto espacio para fundamentar mejor mi recomendación. La primera es personal, Julio Verne fue el autor del primer libro completo que leí; Veinte mil leguas de viaje submarino. A través de él no sólo aprendí lo que significa una legua, si no la posibilidad de viajar sin salir del lugar en dónde me encontraba. Es para lo que sirven los libros, para recorrer veinte mil leguas o vivir mil vidas. La serie de libros llamada Viajes extraordinarios incluye el viaje a la Luna y al centro de la tierra, como también La vuelta al mundo en 80 días, Miguel Strogoff y Cinco semanas en Globo. Su capacidad de describir con rapidez y precisión lugares lejanos anticipa la descripción cinematográfica, que influiría en todos los narradores vivos después de la invención del cine. Es posible que Verne no sea un estilista de la palabra, que los vocabularios hayan cambiado desde entonces y que hagan falta adaptaciones contemporáneas de sus trabajos, pero el sentido del viaje y de la aventura pervive intacto en su obra. 
Segunda razón: Verne es el fundador del género que conocemos como ciencia ficción. Se internaba por días en las bibliotecas para comprender los adelantos más recientes de la ciencia y por medio de su imaginación los transformaba en los aparatos modernos que nos son tan comunes: los helicópteros, el internet, el submarino, los motores eléctricos, los transatlánticos, la radio y las armas de destrucción masiva, entre muchos otros. Algunos de sus detractores critican que su visión del progreso era del todo positivista, pero por fortuna el mismo Verne noventa años después de muerto tuvo la posibilidad de rebatirlos. Tercera razón: se llama París en el siglo XX y fue escrita hacia 1863, su editor en aquel entonces Pierre-Jules Hetzel insistió que si se publicaba arruinaría su publicación. “No está usted maduro para un libro así, vuelva a intentarlo dentro de veinte años”, le comenta en una misiva. Y tuvo que esperar un poco más, puesto que por fortuna hasta 1994 vio la luz, con la grata posibilidad de mostrarnos a un Verne mucho más oscuro y pesimista de lo que muchos habíamos conocido. En el siglo veinte de Verne se sacrifican árboles para fabricar papel, la gente desconoce a los escritores de literatura y desdeña por completo la música clásica. En ese París la literatura ya no trasgrede: escritores, intelectuales y artistas se han convertido en burócratas. Las bibliotecas son cementerios de libros. El mundo es dominado por funcionarios, tecnócratas y banqueros. ¿Les suena conocido?, en esta dirección electrónica es posible leerlo y reencontrar a Verne, el escritor visionario, que quizás en esta ocasión pueda sonar más cercano y sincero: http://www.manuelrodanos.net/apeadero/paris.pdfVeinte 

mil leguas de comentarios a mi correo electrónico: jaimepanquevab@hotmail.com

*Invitados y circunstancias es un espacio plural donde las voces de diferentes autores pueden expresarse. Los textos que aquí aparecen son personales y revelan las posiciones de sus autores; Editorial Tariyata no comparte forzosamente dichas opiniones.

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