martes, 3 de septiembre de 2013

24.- Antología poética; Carlos & Zyanya


Mujer que sabe latin, ni se casa ni tiene buen fin
(refrán popular)



Pintura de Castas; MIGUEL Mateo Maldonado y CABRERA (Antioquía, Oaxaca 1695-1769)*



Infinidad de veces he dicho que México es un país de "castas de clóset".  De diversas maneras el sistema de castas colonial, impuesto por la metrópoli, sigue presente en las condiciones sociales, económicas y políticas del país.  Es una estructura invisible que se revela en todos los ámbitos.  
Los rasgos amerindios (indígenas), aunque no impliquen una fatalidad, si determinan la posición social y económica reforzada por los medios de comunicación.  Influyen en los estudios y grados académicos; en la cultura y los conceptos de belleza; en el alimento y la presencia (o ausencia) del maíz en la mesa.  En muchos casos lo invisible de este sistema se ve en el color de piel, se escucha en las diferentes lenguas o se toca o en los ritos funerarios.  
Esto lo sabía muy bien Rosario Castellanos quién escribiría, basándose en su experiencia chiapaneca, Balún Canán y cuentos de Ciudad Real.  En ambos textos el sistema de castas es médula de los conflictos.  En cambio a Sor Juana le interesaban otras cosas, diríamos más metafísicas.  Escribió protegida por la corte virreinal, fue leída en Europa y en su momento considerada el fénix de América.     
Sin embargo tanto Rosario Castellanos como Juana de Asbaje padecieron una estructura invisible aún más universal que el sistema de castas: eran mujeres.



Rosario Castellanos, 1925-1974
Ciudad de México-Tel Aviv, Israel-Palestina
@CarlosAzar


Meditación en el umbral

No, no es la solución
tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoy
ni apurar el arsénico de Madame Bovary
ni aguardar en los páramos de Ávila la visita
del ángel con venablo
antes de liarse el manto a la cabeza
y comenzar a actuar.
Ni concluir las leyes geométricas, contando
las vigas de la celda de castigo
como lo hizo Sor Juana. No es la solución
escribir, mientras llegan las visitas,
en la sala de estar de la familia Austen
ni encerrarse en el ático
de alguna residencia de la Nueva Inglaterra
y soñar, con la Biblia de los Dickinson,
debajo de una almohada de soltera.
Debe haber otro modo que no se llame Safo
ni Mesalina ni María Egipciaca
ni Magdalena ni Clemencia Isaura.
Otro modo de ser humano y libre.
Otro modo de ser. "

Rosario Castellanos


















Juana Inés Asbaje y Rámirez de Santillana,
Sor Juana Inés de la Cruz, 1651-1695
San Miguel Nepantla-Ciudad de México
@ZyanyaMariana


REDONDILLAS

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si la incitáis al mal?

Cambatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
el niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo,
y siente que no esté claro?

Con el favor y desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata, ofende,
y la que es fácil, enfada?

Mas, entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga,
o el que paga por pecar?

Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.

Sor Juana Inés de  la Cruz









*Pintura de Castas aquí

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