Zyanya Mariana
Indio Cruz, sé lo que escondes
en el dolor de tu sangre.
Lo sé, porque te conozco
desde ayer y desde antes.
: Claudia Lars
Indio Cruz, sé lo que escondes
en el dolor de tu sangre.
Lo sé, porque te conozco
desde ayer y desde antes.
Lo sé por tu cara muda
con sus amargas señales,
por tu pie curtido en lodos,
por tus dos manos tan ásperas,
por tu pulmón de aguardiente
y tus sudores constantes
Claudia Lars
entre
fronteras y terruños
“Estaba en el aeropuerto frente
al agente aduanal que me observaba; seguro yo tenía cara de sospechoso.” Esta escena que en la ciudad de México
se repite constantemente, sucede en Canadá, y me la cuenta César Catsuu López,
artista plástico mexicano, quien viajó al norte para participar en SAKAHÀN,
exposición de arte indígena contemporáneo, que se inauguró el 16 de mayo y
2013, en la National Gallery of Canada.
César es un joven Amuzgo
treintañero, oriundo de Xochistlahuaca Guerrero, que hace más de una década
emigró a la ciudad de México, su otro terruño, para estudiar en la Escuela
Nacional de pintura, escultura y grabado; La Esmeralda. “No entiendo a la gente que habla mal de esta
ciudad. A mí me gusta y me ha dado
mucho. Es mi otra casa. Aquí he aprendido mucho, he conocido
gente maravillosa como Enrique Iturriaga quien es uno de los hombres que más me
han dado. Una especie de padre, de
tío que confió en mí y en mi obra antes que nadie. Ernesto y todos los de la
Trampa que son como mi familia en la ciudad de México y mi hermanita de
Mixcoac, con quien he caminado como hermanos.”
Muro pintado para día de muertos, Xochistlahuaca Guerrero, 2012 |
César es moreno, usa el pelo
largo, tatuajes y suele vestirse de negro. Empezó haciendo grabado y
actualmente trabaja en la pintura. “Estoy pintando, estoy trasladando todo lo
gráfico a la pintura, un reto muy grande.” Flaubert decía, hablando de la escritura, que cada historia
exige su género; lo impone la anécdota misma. En boca de César las imágenes que lo convocan también; como
la última instalación Águila devoradora,
que en tanto efímera, solo estuvo 15 días expuesta. “Nunca pensé incursionar en el objeto o en la instalación
siempre pensé que me iba a quedar en el dibujo y la pintura, el proceso
creativo te exige trasladarte a otros medios”
Ese día, aunque su pasaporte y
visa estaban en regla, el agente aduanal canadiense, con voz de pocos amigos,
le preguntó las razones de su visita.
César, parsimoniosamente como es él, sacó de su portafolio la invitación
hecha por los curadores de la Galería Nacional de Canadá y se la mostró al uniformado.
“Al leer la carta el aduanero cambió su rostro por uno de sorpresa. Yo sé que no esperaba una invitación
tan ceremoniosa, ni tampoco que llevara pinturas en el tubo. Seguramente pensó que era armamento,
sonrié.” La anécdota la cuenta
tranquilo, sin ningún trazo de rencor.
César y su trabajo parecen estar más allá del racismo que la costumbre y
los medios reproducen y, perversamente al mismo tiempo, lo limitan a ciertas
períodos o personajes históricos, como Hitler y el nacional socialismo.
Sakahàn significa encender fuego en algonquin, la lengua de la nación Algonquina, y es la conclusión de un largo proceso de dos años. En marzo del 2012, César recibió un correo que significaría un parteaguas en su carrera: la National Gallery of Canada estaba organizando una exposición sobre arte indígena contemporáneo. Habían escuchado de su trabajo y querían verlo junto al de otros artistas de la lista.
Cátalogo de la exposición |
“Allá en Sakahàn, éramos artistas
de todo el mundo. La
característica en común que teníamos era que proveníamos de una nación
indígena. En mi caso desde que
estaba en la universidad mis proyectos siempre se centraron en mi pasado. ¿De qué estoy hecho, cuál es mi cultura
y cómo está hecha? Esa era mi
necesidad y mi camino de artista, la universidad me daba las herramientas para
trabajar. Pero hay que ser
cuidadosos con la palabra indígena.
Hablamos mucho de la palabra allá, incluso en uno de los
simposiums.”
Imaginería, 2013, (9 grabados en metal, 20 x 20 cm)
Panorámica de la serie de 9 grabados en la Petite Mort Gallery
|
La palabra INDÍGENA o AUTOCTONO
nace a partir de la experiencia colonial americana y vía el imperialismo europeo, del
siglo XIX, se expande por Asia y África. Designa las
márgenes del mundo, la periferia espacial, las diferencias físicas y políticas
y, lo peor, justifica las desigualdades económicas y creativas. Popularmente se cree que los ricos
hacen arte y los pobres artesanía pero César difiere y explica: “Mi primer
proyecto fue hacer una serie dibujos y grabados sobre el tema del telar de
cintura. Seleccioné diseños de los telares que realizan las mujeres
de mi pueblo y trabajé dos años en ellos. Después me interesé en el trabajo de
los campesinos, principalmente en el de mi abuelo materno la molienda
de la caña.
Guarda un silencio y continúa, -cuando digo indígena digo hijos de los habitantes originarios de los estados modernos actuales y no quiero decir puros; había muchos mestizos en Sakahàn pero también había rubios como los Samis’ de Noruega.” Sakahàn es una exposición que ofrece una multiplicidad de respuestas concretas a la pregunta ¿qué significa ser autóctono hoy en el mundo? Participan en ella 80 artistas de 16 naciones que provienen de todos los rincones del planeta, desde Maoris y Tailandenses hasta Cherokees y Navajos pasando por los Inuits de Alaska y 5 mexicanos; Abraham Cruz Villegas (de origen purépecha de Michoacán); Jimena Mendoza y Omero Leyva (mestizos); Bayrol Jiménez (Zapoteco de Oaxaca) y César Catsuu López (Amuzgo de Guerrero). Sakahàn no es un espacio para los pobres del mundo que hacen artesanía, es una exposición de arte contemporáneo que, más allá de la división blanco, moreno, negro, indio, mestizo, amarillo que ha creado occidente, revela nociones de lo cotidiano, lo sagrado y lo espiritual desde historias paralelas al colonialismo. “Queríamos ir más allá de las identidades que hoy piden pasaportes y te convierten en ilegal, queríamos ir más allá de la división que existe entre arte y artesanía. Y es que no somos indígenas-artesanos-marginales, somos artistas que hacemos arte contemporáneo y, muchos de los que estaban en Sakahàn, llevan más de 50 años de creación y han participado en bienales internacionales reconocidas como la de Venecia, concluye César.”
Flores de agua y fuego, 2012 |
Guarda un silencio y continúa, -cuando digo indígena digo hijos de los habitantes originarios de los estados modernos actuales y no quiero decir puros; había muchos mestizos en Sakahàn pero también había rubios como los Samis’ de Noruega.” Sakahàn es una exposición que ofrece una multiplicidad de respuestas concretas a la pregunta ¿qué significa ser autóctono hoy en el mundo? Participan en ella 80 artistas de 16 naciones que provienen de todos los rincones del planeta, desde Maoris y Tailandenses hasta Cherokees y Navajos pasando por los Inuits de Alaska y 5 mexicanos; Abraham Cruz Villegas (de origen purépecha de Michoacán); Jimena Mendoza y Omero Leyva (mestizos); Bayrol Jiménez (Zapoteco de Oaxaca) y César Catsuu López (Amuzgo de Guerrero). Sakahàn no es un espacio para los pobres del mundo que hacen artesanía, es una exposición de arte contemporáneo que, más allá de la división blanco, moreno, negro, indio, mestizo, amarillo que ha creado occidente, revela nociones de lo cotidiano, lo sagrado y lo espiritual desde historias paralelas al colonialismo. “Queríamos ir más allá de las identidades que hoy piden pasaportes y te convierten en ilegal, queríamos ir más allá de la división que existe entre arte y artesanía. Y es que no somos indígenas-artesanos-marginales, somos artistas que hacemos arte contemporáneo y, muchos de los que estaban en Sakahàn, llevan más de 50 años de creación y han participado en bienales internacionales reconocidas como la de Venecia, concluye César.”
De derecha a izquierda, los curadores Greg Hill, Christine Lasalle, César Catsuu López y Christine Lalonde |
El artista como
chamán, César Catsuu López
“Ser artista para mí es ser un curandero, un chamán,
vislumbras un mundo distinto a esta realidad, creas la tuya. Yo con mi trabajo me curo, como mi
abuela. Me acuerdo muy poco de mi
infancia. De esa época la imagen
más clara que tengo en la mente es la de mi abuela paterna curándome con
plantas medicinales. Cuando uno de
sus hijos o nietos se enfermaba, de algo no muy grave, ella misma nos curaba;
si era algo muy grave nos llevaba con un curandero y nunca con un doctor o a un
hospital. Con ella conocí al
curandero y su trabajo de curar.
El curandero tiene ese poder con las palabras y las plantas, cura,
alivia. Mi abuela creía
fervientemente en esa espiritualidad, en ese otro mundo sagrado, en la magia.
Así yo, ya de grande, solo seguí lo que ya se me tenía trazado desde la
niñez. Siempre que pienso y
reflexiono sobre el camino que he tomado en la vida, me acuerdo de mi abuela. Me heredó su sensibilidad y amor
a la medicina tradicional, el respeto a la tierra, a las plantas, el respeto
hacia el hombre medicina, al curandero, a la vida. Se llamaba Francisca, tenía ya mucha edad. Ella murió de cáncer hace algunos años,
en el 2009 justo cuando inicié el proyecto sobre el mundo sobrenatural y los
espíritus; el personaje principal es el curandero o chamán.”
Ottawa
“El 11 de abril me invitaron a
dar una ponencia en la Ottawa School of Art. Me pasaron cosas
sorprendentes. Me compraron obra,
parecía tianguis, y los precios eran increíbles. Al recordarlo todavía se
sorprende, era más dinero del que siempre me han pagado.” César donó la obra Nido 2006 la cual se subastó en 500 dólares para el proyecto
de talleres de arte para niños de Ottawa.
“Me gustó ese detalle porque ese dinero era para dar talleres a
niños. Pero también me sucedió
algo extraño y esperado a la vez.”
César regresó a la escuela días después para una pequeña inauguración. Ese día se le acercó una mujer vieja de
la nación Algonquin, curandera ella, que trabaja en la escuela. Lo había visto el día de la
ponencia. “Se me acercó diciendo
que tenía algo muy importante que darme, me dio una pluma. Al dármela me dijo que hacía ya un
tiempo que me estaba esperando.
Después me contó de la lucha y viaje de los gansos. Los gansos para su nación son
sagrados.”
Junto a esta historia de magia
César tiene otras anécdotas más pedestres como la del bigotito mexicano. “Un día en la noche salimos Memo y yo a
una galería malísima con artistas peores.
A la inauguración había ido pura gente que le gusta el arte pero no sabe
nada y va por puro esnobismo. Nos
salimos. ¿Qué hacemos aquí? nos
preguntábamos. Ya vámonos, decía
yo que tenía que trabajar a las 8 en mi instalación En eso una mujer de 50 años, fumando, nos preguntó quiénes
éramos.”
Grabados en la escuela de Arte de Ottawa |
Invitación, 2010 |
Las reacciones a la identidad
mexicana, al norte del río Bravo, son múltiples; pueden ir acompañadas de
rechazo, sorpresa o como le pasó a César con una exclamación Yo conozco
Acapulco, seguido de un, No
deberías tener ese bigote porque a las canadienses les encantan los bigotes. “Me
tocó el cabello mientras Memo se reía.
Se lo contó a todo mundo y durante quince días fui el del bigotito. Me sentí Mauricio Garcés en una
película de blanco y negro.”
“Tuve que ir dos veces a Ottawa,
la primera para hacer la instalación en un área del museo que fue del primero
al 20 de abril. Tres semanas
después regresé a Ottawa para la inauguración. Guarda silencio y recuerda: Esa
mañana de la inauguración Memo (Guillermo Trejo, artista plástico de origen
Purépecha, radicado en Canadá.) y yo parecíamos niñas. Estábamos preocupados. ¿Qué nos íbamos a poner? Fuimos de compras y me hizo comprar un
saco; yo elegí este de viejito, me enseña un saco café, y él decidió peinarse
con la trenza.”
Las palabras de César siguen las
huellas de su trabajo. Va y viene
en el tiempo y sus dos viajes a Ottawa se confunden y se vuelven uno, sólo
mediado por Águila devoradora,
instalación inaugurada el 27 de abril en la Trampa Gráfica, en la ciudad de
México. “Estuve en México tres semanas.
Tenía que regresar a Ottawa para la inauguración, pero traía una idea y
tenía que sacarla. En eso Neto me
propuso hacerla aquí. Dudé, quería irme a Xochis a donde siempre voy para
llenarme de fuerza. Incluso Magali, mi novia que vive por allá, se enojó. Pero algo adentro de mi me dijo que
debía hacerla aquí en la ciudad de México; en la Trampa.”
La Trampa Gráfica Contemporánea, es un taller de grabado que César fundó con Neto, Ernesto Alva Franco un compañero de la Esmeralda, en 2007. Originalmente el estudio estaba en la colonia Narvarte, en la ciudad de México, pero después de dos años de trabajo se mudaron a un pequeño espacio ubicado en el antiguo Colegio de las Vizcaínas, en el centro histórico de la ciudad. Al principio César y Neto pagaban la renta pero al poco tiempo ya eran varios amigos de la escuela involucrados en el proyecto. "Mis amigos Agustín González, Verónica Baltadan y Omar Árcega, siempre han apoyado y enriquecido los proyectos y locuras que han ido surgiendo en la Trampa. Ellos son como mi familia y la Trampa nuestra casa."
"Durante tres semanas trabajé en la Trampa, fueron días
intensos. En la tarde estaba trepado en la pared haciendo la instalación y en
las mañanas trabajaba en las placas de 9 grabados. Después dí un taller, ahí mismo en la Trampa.” Dos días después del taller, el mero 10
de mayo, día de la Madre en México, César regresó a Ottawa. Lo esperaban dos inauguraciones, Sakahàn e imaginería en La Petite
Mort.
La Trampa Gráfica Contemporánea, es un taller de grabado que César fundó con Neto, Ernesto Alva Franco un compañero de la Esmeralda, en 2007. Originalmente el estudio estaba en la colonia Narvarte, en la ciudad de México, pero después de dos años de trabajo se mudaron a un pequeño espacio ubicado en el antiguo Colegio de las Vizcaínas, en el centro histórico de la ciudad. Al principio César y Neto pagaban la renta pero al poco tiempo ya eran varios amigos de la escuela involucrados en el proyecto. "Mis amigos Agustín González, Verónica Baltadan y Omar Árcega, siempre han apoyado y enriquecido los proyectos y locuras que han ido surgiendo en la Trampa. Ellos son como mi familia y la Trampa nuestra casa."
Trabajando |
Tras la sombra perdida, 2010 (Grabado en aluminio, 90x10cm) Obra adquirida por La National Gallery of Canada |
“En el primer viaje cuando hice
la instalación para Sakahàn, conocí a Guy Berube el galerista de la Petite
Mort. Vió mi trabajo y me ofreció
una exposición individual en su galería para las mismas fechas de
Sakahán.” Pero Guy,
conocedor de los flujos del mercado del arte, le puso una condición: mantener
el precio de la obra. “La Galeria
Nacional de Ottawa me compró obra para su acervo. El problema es que pagó 900
dólares por cada uno de mis grabados, es carísimo para México pero ya no puedo
vender más barato.” En la
Petite mort se quedaron las piezas Curandero e imaginería, una carpeta de 9
grabados, una intervención en paredes y ventana, y una pieza hecha en Bannf;
Pisote en las montañas.
Instalación en la ventana de la Petite Mort, 2013 Técnica mixta, medidas variables |
El 15 de mayo fue la inauguración
en la Galería. “Estaba repleta de
artistas de Sakahàn que me preguntaban ¿Tú eres el mexicano? ¿Por qué tuviste
dos exposiciones?” Las preguntas,
más allá de las envidias y egos naturales de cualquier ambiente artístico se
deben a dos factores: juventud y anónimato. La Petite Mort está considerada una de las Galerias de arte
contemporáneo más importantes de Canadá y Guy, su dueño y promotor, le había
propuesto a un joven desconocido, de apenas 33 años, ser su representante en
Canadá. “Tengo un contrato por año
y medio que consta de tres eventos.
Quedamos en que serían dos eventos individuales y uno colectivo con los
artistas de la Trampa gráfica.
Salimos muy tomados, yo había llevado mezcal.”
Serpiente
espíritu creador
Serpiente espíritu creador, detalle |
Recogiendo ramas para la instalación |
Cuaderno de viaje, procesos de un trabajo creativo, 2 Dibujos del cuaderno de viaje que permanecen en la Galería Nacional de Canadá |
Cuaderno de viaje, Detalle |
“Después de la inauguración de
Sakahàn caminé muy borracho por Ottawa, no conocía la ciudad pero sabía
perfectamente el camino de la Galería al hotel. Tenía frío, estaba solo, eran
supongo las tres de la mañana, y tenía imágenes en la cabeza que se
amontonaban. La gente de México, los amigos, los rostros nuevos y
maravillosamente cálidos que me había abierto las puertas… y mi trabajo. Mi trabajo ahí dentro de esas puertas
abiertas. Estaba solo. Siempre de alguna manera estamos
solos. Y sin embargo era increíble
todo eso me acababa de pasar a mi, era yo y dejaba de ser yo al mismo tiempo.”
También pienso que dada la diversidad de nuestro país
es necesario refundarnos como una nación plurilingüe. Que de las 53 lenguas
indígenas que sobreviven hasta el día de hoy, se elijan 5 y junto al español se
conviertan en nacionales; que se le exija a todo profesional hablar una de
ellas, además del castellano. Es fundamental, por otra parte, que nuestra
capital recupere con su nombre México Tenochtitlan, sus ríos, sus lagos y su
vieja vocación de grandeza.
Zyanya Mariana
(Esta entrevista se hizo en la
ciudad de México entre niños, perra y ron nicaragüense)
No hay comentarios:
Publicar un comentario