lunes, 20 de mayo de 2013

13.- Antología poética; Carlos & Zyanya


Creo que lo bello no es una sustancia en sí 
sino tan sólo un dibujo de sombras,
un juego de claroscuros 
producido por yuxtaposición de diferentes sustancias.
Juni'chiro Tanizaki






Tengo obsesión por la gente mayor de 70 años, me gusta lo que dicen del mundo.  Una de ellas, con mirada serena, me comentaba el otro día que se llega a la paz con los años.  Aunque a veces lo dude, estoy convencida que con el tiempo y la vejez las hormonas se diluyen y lo animal (reproducción, sexualidad, deseo enmascarado de amor, lucha feroz por el dinero y el poder) finalmente se erosiona.  Llegar un día a la belleza del ocaso, a la herrumbre de las cosas sostenía, Tanizaki en Elogio de la sombra (1933).  Llegar un día, junto a la memoria, al gozo de la sabiduría.




Jorge Luis Borges (1899-1986)
Buenos Aires, Argentina
@CarlosAzar


ELOGIO DE LA SOMBRA
(1969)

La vejez (tal es el nombre que los otros le dan)
puede ser el tiempo de nuestra dicha.
El animal ha muerto o casi ha muerto.
Quedan el hombre y su alma.
Vivo entre formas luminosas y vagas
que no son aún la tiniebla.
Buenos Aires,
que antes se desgarraba en arrabales
hacia la llanura incesante,
ha vuelto a ser la Recoleta, el Retiro,
las borrosas calles del Once
y las precarias casas viejas
que aún llamamos el Sur.
Siempre en mi vida fueron demasiadas las cosas;
Demócrito de Abdera se arrancó los ojos para pensar;
el tiempo ha sido mi Demócrito.
Esta penumbra es lenta y no duele;
fluye por un manso declive
y se parece a la eternidad.
Mis amigos no tienen cara,
las mujeres son lo que fueron hace ya tantos años,
las esquinas pueden ser otras,
no hay letras en las páginas de los libros.
Todo esto debería atemorizarme,
pero es una dulzura, un regreso.
De las generaciones de los textos que hay en la tierra
sólo habré leído unos pocos,
los que sigo leyendo en la memoria,
leyendo y transformando.
Del Sur, del Este, del Oeste, del Norte,
convergen los caminos que me han traído
a mi secreto centro.
Esos caminos fueron ecos y pasos,
mujeres, hombres, agonías, resurrecciones,
días y noches,
entresueños y sueños,
cada ínfimo instante del ayer
y de los ayeres del mundo,
la firme espada del danés y la luna del persa,
los actos de los muertos,
el compartido amor, las palabras,
Emerson y la nieve y tantas cosas.
Ahora puedo olvidarlas. Llego a mi centro,
a mi álgebra y mi clave,
a mi espejo.
Pronto sabré quién soy.

Jorge Luis Borges









Francisco de Quevedo (!580-1645)
Ciudad de Magrit, Reino de Castilla
@ZyanyaMariana


AMOR CONSTANTE 
MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevaré el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora a su afán ansioso lisonjera;

Mas no, de esotra parte, en la ribera,
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Médulas que han gloriosamente ardido:

Su cuerpo dejará no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.

Francisco de Quevedo



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