Como la lengua, como la vida,
toda sangre es espléndidamente
mestiza.
Sólo la muerte es pura.
César Vallejo
CRÓNICAS MESTIZAS; siguiendo el modelo de Jesús
El padre Solalinde es un hombre de 67 años, que parece de 50, conserva la mirada de un joven, a veces de un niño. Ágil, sonriente, su cuerpo es fuerte, como si hubiera pasado la vida cargando bultos, cajas y objetos; de espalda ancha, camina erguido, sólo una austera cruz de madera decora su pecho. Impecable, pulcrísimo como siempre, va vestido con pantalón gris claro y camisa blanca; dicen las malas lenguas que tiene 5 camisas blancas o claras y dos guayaberas que el mismo lava y plancha.
El padre Solalinde es un hombre de 67 años, que parece de 50, conserva la mirada de un joven, a veces de un niño. Ágil, sonriente, su cuerpo es fuerte, como si hubiera pasado la vida cargando bultos, cajas y objetos; de espalda ancha, camina erguido, sólo una austera cruz de madera decora su pecho. Impecable, pulcrísimo como siempre, va vestido con pantalón gris claro y camisa blanca; dicen las malas lenguas que tiene 5 camisas blancas o claras y dos guayaberas que el mismo lava y plancha.
El padre Sol, como
bien le llaman algunos, no tiene iglesia sólo una capilla de muro rosa y techo
de lámina; no tiene secretaria sólo hermanos y hermanas en el camino; tampoco
tiene escritorio sólo sus manos con las palmas abiertas a la usanza de Cristo
que, sonrientes, nos invitan a sentarnos en la cocina del albergue donde habla
y se abre como si nos conociera desde siempre.
Migrantes durmiendo en la capilla del albergue |
Este cura afirma que
lo mejor de su vida inició después de los sesenta años. Sabe que nunca será obispo a pesar de
su larga trayectoria, sus dos carreras universitarias (Historia y Psicología) y
su maestría en Terapia familiar, pues dice lo que piensa de su madre
Iglesia: -Ella no es la única
representante de Jesús en la tierra, afirma. Lo son también el laico y las mujeres, se detiene nos mira y
continúa, ellas las mujeres de las que he aprendido mucho, muchísimo. Todos cabemos en los brazos de Jesús,
insiste. Me incluye benignamente a
pesar de haberle confesado que yo no soy católica: Padre, yo tengo un altar
donde están todos los dioses, incluyendo a Mafalda, porque no creo en
nada. Soy una sin fe.” Pero él continúa su historia y como
buen samaritano sonriente me incluye, nos incluye.
En Ixtepec, Foto Shiho Takagi |
Foto Shiho Takagi |
Por supuesto, no todo mundo lo quiere empezando por la gente de Ixtepec que le niegan ayuda y lo obligan a trasladarse diariamente al mercado de Juchitán por las frutas y las verduras que no se vendieron durante el día. Ha recibido hostigamiento e intimidaciones de políticos locales y caciquiles: “Una vez quisieron quemar el albergue, pero cuando entraron y se dieron cuenta que no había nada para quemar se fueron enojados, cuenta sonriente. Le cambia un poco el rostro cuando recuerda las amenazas de muerte y nos confiesa que haciendo labor en la cárcel, un preso le confió que varios de sus compañeros habían sido contratados para matarlo, pero que se habían rehusado pues matar a un cura implicaba mala suerte. -Son creyentes, añade, están bautizados huyendo también de la pobreza. Guarda silencio un momento y continúa, -una vez entraron muy preocupados unos migrantes exclamando que afuera en una motocicleta había un hombre vestido todo de negro quien decía me iba a matar. Llegó la noche y yo sólo vi su mano que introducida por la ventana recorría desde lo alto la extensión de mi cuerpo. No me mató ese día, pero después sabría por la confesión de un sicario que se llamaba Reynaldo y que sus ademanes respondían a ciertos rituales entre sicarios que simbolizaban poder. Me sorprendo, ni su cuerpo, ni su mente, ni su palabra emiten queja alguna, sólo narra: Había tenido el poder de matarme pero por alguna razón que desconozco no lo hizo.”
Es normal que quieran
matarlo, este hombre, un día, después de los sesenta años se reinventó:
Abandonó la comodidad, que suele dar la institución eclesiástica a sus
párrocos, para oponerse al secuestro de migrantes y al lucrativo negocio que
implican. “Todos van detrás del
dinero fácil, explica, el secuestro de un
migrante reporta entre mil y cinco mil dólares.” Se desconocen las cifras exactas pero
suponemos que ingresan anualmente a México un promedio de 400 mil migrantes, de
los cuales sólo el 10% o menos llega al norte. Sabe, como todos sabemos después de los 72 migrantes muertos
encontrados en Tamaulipas y los dos sobrevivientes, que esta industria está controlada
por el crimen organizado vinculado a políticos de alto nivel. Recordé, en ese momento, que en
Veracruz solían decirle al gobernador Fidel Herrera el Zeta mayor.
“Todo
empezó de a poco, no teníamos nada.
Conseguimos este terreno, que había estado abandonado mucho tiempo,
junto a las vías, gracias a unos amigos que lo compraron sin mencionar mi
nombre a la dueña. Y muy pronto empezaron los hostigamientos.” El albergue es un terreno rectangular,
con diferentes espacios: capilla, comedor-cocina, habitaciones para migrantes,
para voluntarios, una oficina donde interactúan una computadora con médicos sin
fronteras y, arriba, habitaciones para la policía que custodia el albergue. A la hora que sea, el padre camina
hacia el tren e invita a los migrantes a pasar dentro. Cada migrante es una pequeña victoria
arrancada al crimen organizado.
Ahí pueden dormir, comer y lavar su ropa hasta que llegue el siguiente
tren. Miro a mi alrededor los
árboles frutales, el fuego para la cena, un gallinero y los chiqueros donde
crecen dos cochinos, mientras el padre continúa: “Fue en el 2007 cuando tuvimos
interacción con la prensa nacional después del valiente reportaje hecho por
Martha.” Martha Izquierdo llegó a
la cárcel de Ixtepec y se encontró preso a un cura con varios migrantes. El incidente había iniciado luego de
que un numeroso grupo de indocumentados intentara liberar a cuatro menores,
tres mujeres y cinco hombres que policías estatales habían entregado a un grupo
delictivo.
Foto Martha Izquierdo |
El padre Solalinde los acompañó para disuadirlos de usar la violencia. La policía municipal los recibió con una paliza y los detuvo. Las fotografías, hechas por Martha Izquierdo, donde se miraba al curita descalzo, agarrado a los barrotes, le dieron la vuelta al mundo.
Pero la prensa pronto se olvidó de todo y sólo en 2010 hubo 11
mil secuestros de migrantes cometidos por Los Zetas, la Mara Salvatrucha o por
policías oaxaqueños. De ese año el albergue documentó 362 secuestros, la
mayoría masivos.
Calderón no sólo será
recordado como el gobierno de la guerra contra el narco y los 60 mil muertos”,
también como el presidente antiinmigrante. En una entrevista a Proceso, el Padre Solalinde afirmaría
que la amiga de infancia de Calderón, María Mercedes Gómez Mont hermana del
Secretario de Gobernación, estando como delegada del Instituto Nacional de
Migración (INM), no sólo cometió los mayores atropellos a los derechos de los
migrantes, sino que llegó al grado
de ordenarle a un subdelegado de Migración que lo arrestara. No fue el único caso, intentaron
incluso acusarlo como traficante de menores centroamericanos, dicen, desde las
cañerías de Gobernación.
“Mi modelo es Jesús,
sonríe. Bueno, lo interrumpo en un
impulso de confianza, convengamos padre que Jesús no era tan bueno para las
relaciones públicas como usted. Me
mira con picardía y fuerza, nos reímos todos. Semanas más tarde, en otro encuentro a favor de los
migrantes me percataría que cada samaritano seguidor de Jesús se le parece sin
ser él: Fray Tomás González Castillo, del albergue
de Tenosique Tabasco, tiene la pasión de Jesús enojado con los Fariseos,
mientras que el Padre Solalinde es Jesús tocando la cabeza de los niños
amorosamente. Los dos son Jesús, quizás todos lo seamos... (Continuará)
Fray Tomás González, el Padre Solalinde y Alvárez Icaza |
También pienso que
deben abrirse las fronteras para el libre tránsito de los seres humanos, tal
como circulan las mercancías y los capitales. Pues estoy convencida que somos de todas partes, que el
origen es hacia donde vamos y no de donde venimos, y que sólo es perfecto aquel
para quien el mundo entero, amado y asombroso, es como un país extranjero.
Zyanya Mariana
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Si quieres seguir leyendo DEL ITSMO DE TEHUANTEPEC, OAXACA 2012, aquí
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